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jueves, 25 de mayo de 2006
Arroz caldoso, monjes tibetanos, tambores japoneses y didgeridoos
Tal y como explique, ayer cocine para toda la empresa, 25 personas, y el mayor problema es que lo tienes que hacer todo con antelacion y luego recalentarlo en la oficina donde solo hay un microondas. Ademas del follon de calcular la comida para tanta gente, luego traelo todo en el tren (esta vez prescindo de la bici).

El lunes por la noche ya estaba metido en la cocina haciendo un par de tortillas de patatas gigantes, y el martes hice una mezcla entre paella y arroz caldoso en el megapuchero que normalmente utilizo para hacer las sangrias, no veais lo que ha viajado el puchero, cada vez que hay una fiesta, alli que va el.

Todo resulto ser un rotundo exito. Y eso que posiblemente, para los estandares de la comida espanyola, no era lo mas ortodoxo. El arroz, que era un poco caldoso cuando lo acabe de hacer, se habia transformado en una gran pasta de arroz a la manyana siguiente, arroz pasado podrian llamarlo algunos, pero claro esto pasa cuando "la masa" tiene palmo y medio de profundidad. Vamos que no es plano como una paella precisamente. Pero el sabor era bueno, y los australianos, que son guiris a fin de cuentas, se quedaron enamorados de la paella. Incluso hubo alguno que me pregunto como podia hacer que el arroz quedara con esa textura, que le gustaba mucho. Pabernos matao!

Y para las tortillas de patatas intente hacer ajoaceite. Digo intente por que desde uqe estoy en australia aun no he conseguido hacer que cuaje. No se si sera el estar boca a bajo o que. Para mi que son los robots esos que tienen aqui, que no son batidoras, y no tienen la suficiente fuerza para hacer cuajar el ajoaceite. Pero una vez mas esta gente son guiris, asi que hay les plante yo el pseudo-ajoaceite, que mas bien era una emulsion de aceite amarillo con mucho sabor a ajo, y les di instrucciones para que lo utilizaran como alinyo de la tortilla, como se usa el alinyo en la ensalada. A todo el mundo les gusto, aunque la oficina quedo impreganada de un gran aliento a ajo el resto de la tarde.

Prueba superada, 200$ recaudados para Oxfam!

Y por la noche fui con una amiga al opera house, con entradas gratis que habia conseguido nosedonde. Aunque ya habia estado en alguna de las salas pequenyas viendo teatro, esta era la primera vez asistia a la sala de conciertos principal. La ocasion era ver a la obra Ritmo y Ritual, que basicamente consitia en la orquesta sifonica de sydney acompanyada por un coro, tambores japoneses, monjes tibetanos cantando y tocando las trompetas, y hasta un didgeridoo. La verdad es que fue toda una experiencia, muy interesante. Un poco mas y salgo de alli levitando.

Y comparto la opinion de la mayoria de la gente, que dice que la opera house de sydney es bastante mas impresionante desde el exterior de lo que lo es en su interior.
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