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martes, 22 de julio de 2008
Despedida del papa
Australia despidio al papa ayer con la retransmision en directo del despegue del Boeing the Qantas en el que se marchaba del pais. Aun quedan algunos peregrinos por la ciudad, pero poco a poco se va despejando.

Y es que si durante la semana la cosa habia sido de locura, lo del fin de semana ya fue la leche. Media ciudad cortada, no habia forma de moverse (bueno, la bici o andando eran las mejores opciones). Definitivamente mucho mas impacto que cualquier evento deportivo de los que suceden aqui. En Valencia debieron de cortar solo un puente, pero aqui cerraron las arterias principales. A ratos parecia una ciudad desierta, pues la mayoria de la gente que vive aqui se quedo en casita para ahorrarse complicaciones.

Las imagines de la misa que se celebro en el hipodromo recordaban a las de los festivales de musica que se celebran en europa, con todo el mundo acampado donde buenamente podian.

El vacio se noto en todo, centros comerciales semivacios, cuando los fines de semana no se pueden ni entrar, bares a mido llenar por la noches, y hasta algunos de los barcos en la regata no pudieron competir ante la imposibilidad de algunos miembros de la tripulacion de desplazarse hasta el club nautico.

Eso si, esto ha puesto de nuevo a Sydney en la primera plana de la prensa y en el ojo de todo el mundo. Ahora le toca a Madrid.

En el apartado de anecdotas tengo un amiguete que el sabado por la noche, muy de madrugada volvia a casa despues de salir de fiesta, se monto en un taxi que por supuesto le dio una vuelta enorme para llevarlo a su casa, pues la ruta normal estaba cortada y llena de peregrinos dirigendose a la misa del domingo (la misa mas multitudinaria de la historia de australia). Fruto de las copas de mas y probablemente de ver el contador del taxi subiendo mas de lo que deberia por el rodeo debido a la presencia catolica, empezo a despotricar de los peregrinos que plagaban sydney, sin notar que el taxista era un deboto de esta religion (detalle que podria haber deducido del crucifijo que colgaba del espejo interior). A medio camino fue invitado a dejar el taxi por falta de respeto y tuvo que seguir andando.
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