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lunes, 20 de agosto de 2012
Ramadan en la turquia profunda
Poco a poco me he ido adentrando en la parte mas este de turquia. Esta zona es una extraña mezcla entre kurdos, musulmanes y arabes, y uno se siente como si estuviera en pleno oriente medio. Las costumbres occidentales quedan lejos, casi nadie habla ingles y el ramadán se cumple a raja-tabla.

Como ya os dije llevamos unas semanas de ramadan, pero en el oeste de turquia, en Estambul y en la costa uno ni se entera. Pero aqui es otro cantar.

Durante el dia, y probablemente ayudado por los 45 grados de calor, el movimiento es minimo. Ni siquiera se encuentra un lugar para turistas donde puedas comer algo. Ya en Urfa se comenzo a ver, ciudad donde ni siquiera tienen venden alcohol en todo el año (menos aun en ramadan).

Es curioso, pues cuando se acercan las 7 y media de la noche ya esta todo el mundo sentado frente a su plato esperando los cantos de la mezquita y las salvas que lanzan en algunos sitios. Como si fuera el cañonazo de salida de una carrera. Todo el mundo se pone a comer como bestias y en menos de 10 minutos han acabado.

Si te retrasas en llegar a un sitio a cenar, corres el riesgo de uqe no te quede nada. En Mardin era increíble. Una de las ciudades miticas en la ruta de la seda, y situada en una colina desde donde se disfrutan de unas vistas maravillosas de lo que era mesopotamia. Esta formada por casas de la epoca, mas bien castillos, en ladrillo rojo. Una ciudad de postal. Pero al mismo tiempo no muy sociable, en el calor del pleno agosto (seco e insoportable) y en medio de ramadan. Aunque claro, siempre te encuentras gente que te cuenta historietas en un ingles primitivo. Conoci un par de sujetos dignos de una novela.

Tuve la suerte da acabar alojado en un de estos castillitos recien reformado, una ganga y un lugar de cuento de hadas, habitaciones enormes donde solo faltavan las armaduras, y desde mi ventana se podia ver todo el valle de mesopotamia.

Por supuesto no me quedaba otra opcion que hacer el ramadan, eso si, con alguna diferencia, yo desayunaba a las 10 y me ponia las botas, y claro que bebia agua durante el dia. Una especia de ramadan gringo! jaja

Y para volver a la normalidad, antes de viajar a Alemania pase unos dias en Estambul, que sigue siendo de mis ciudades favoritas del mundo. Ademas esta vez tuve la suerte de verla desde el lado de los que viven aqui, pues ya conozco mas gente, y volvio a ser una experiencia muy agradable. Con un poco de todo, museos, paseos por el bosforo, atardeceres de quitar el aliento, homenajes gastronomicos y como no, fiesta! aqui si que no se nota el ramadan!

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